Te acorrala la luz
y las noches de invierno
son ya material
sensible al recuerdo.
Por la mañana, el sol
inunda el terreno,
pinta primavera en el cielo
y cada rayo te mira
para que salgas del sueño.
La callada quietud,
el paisaje inmenso,
el trote acelerado
de la vida en ascenso;
esos rayos que invaden
tu espacio inmediato
reclaman la atención
y solicitan sutilmente proyectos.
El sereno fulgor
de cada incipiente color.
Los aromas crecientes,
el azul sobre tanto verdor...
Para que salgas del sueño.
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